Se acerca el cambio de estación, el sol y el calor. Tras el invierno, los exteriores de nuestras casas acumulan mucha suciedad. ¿Y qué toca? Limpieza a fondo. Una de las tareas de limpieza consiste en limpiar persianas. Sabemos que esta tarea es muy tediosa, por lo que vamos a mostrarte algunas pautas para que resulte fácil y eficaz. Sin embargo, recalcamos que la mejor solución es reailzar un mantenimiento semanal para que la suciedad no quede incrustada.
Limpiar persianas por fuera sin desmontarlas
Podemos limpiar el exterior de las persianas sin correr ningún riesgo y sin necesidad de instalar persianas, desde dentro del tambor situados en la parte superior. Es el lugar donde se enrollan las persianas cuando las subimos. El tambor se encuentra dentro de una caja que suele estar atornillada, por lo que necesitaremos un destornillador. Existen modelos que están tapados a presión y un destornillador de pala será de gran utilidad para abrirla.
Una vez destapado el tambor el procedimiento para limpiar el exterior de la persiana es sencillo:
– Recoge la persiana por completo hasta que quede totalmente enrollada arriba del todo. En el interior de la caja que has destapado encontrarás la parte que da al exterior de la persiana mirando hacia a ti.
– Limpiamos primero dentro el cajón con una aspiradora para eliminar la suciedad acumulada en la zona lateral.
– A continuación, limpiaremos listón por listón desenrollando poco a poco la persiana para así poder acceder a todas las ranuras.
Diferentes persianas, diferentes productos y técnicas de limpieza
Dependiendo del material del que estén fabricadas las persianas y la forma de esta, las limpiaremos con un producto distinto. Es muy importante, en cualquier caso, secar muy bien la superficie para que no queden manchas y, en ningún caso, debemos limpiar las persianas directamente con el agua de una manguera, remojándolas en una bañera o de una sola vez.
– Madera: Para la limpieza de persianas de madera es necesario que recurramos a un producto especial para muebles de madera o parqué. No debemos utilizar mucha agua ya que la madera se humedece rápidamente y podemos provocar que se hinche y se estropee. Simplemente utilizamos un trapo suave, para no dañar la superficie, lo humedecemos en el agua y lo escurrimos al máximo. Después, no olvidar pasar un trapo seco.
– PVC o plástico: Para este material, primero quitamos el polvo con un trapo o con la aspiradora. Luego podemos utilizar una bayeta de microfibras y humedecerla en agua con un poco de jabón neutro o detergente de lavavajillas. Si existen manchas más marcadas, usaremos un desengrasante.
– Aluminio: Las persianas de metal son lo más sencillo. Con un plumero o trapo seco le quitamos el polvo y, a continuación, humedecemos un trapo en agua con unas gotas de alcohol.
Como podemos comprobar, teniendo todos los materiales necesarios y preparados para limpiar persianas, esta tarea resulta menos laboriosa. Estas pautas que te hemos enseñado harán tu vida más fácil, solo hay que coger impulso y ponerse manos a la obra. ¡Ánimo!