Un punto esencial para que tu hogar luzca perfecto es el correcto mantenimiento de la herrería casera, pues es habitual contar con elementos de carpintería metálica, así como objetos decorativos o antigüedades creados con diferentes tipos de metales.
A pesar de que cada metal o aleación tiene sus particularidades, se caracterizan por su dureza, solidez, opacidad y brillo. Estas características los convierten en materiales resistentes y duraderos. Sin embargo, realizar una serie de sencillos pasos garantiza el mantenimiento de los metales en perfecto estado y alarga su durabilidad.
Claves para el mantenimiento de los metales en casa
1. Revisar
A veces, un objeto metálico sufre cierto deterioro que es perfectamente evidente, pero otras, el daño comienza de forma casi imperceptible. Es ahí donde radica la importancia de un buen control.
Manchas de óxido, pintura desconchada o suciedad superficial será lo que encontrarás habitualmente, pero esto no es nada que no se pueda solucionar.
Para evitar tener que andar siempre fijándote, es útil marcar un momento en el año para garantizar que realizas una revisión general anual y no se te pasa nada por alto. Esta época podría coincidir con la llegada de la primavera tras estaciones húmedas, pues es el momento idóneo para evaluar deterioros y proceder a realizar los siguientes pasos, en caso necesario.
2. Limpiar
A pesar de que cada metal puede tener productos y materiales de limpieza específicos, hablaremos de procedimientos sencillos aplicables a la práctica totalidad de ellos.
Será suficiente con disponer de trapos de algodón, lavavajillas, algún producto específico para la limpieza de metales, brocha blanda y esponja suave.
Con la brocha o cepillo quita el polvo y la suciedad superficial de barandillas, balcones o rejas, pasando después a usar la esponja con un poquito de lavavajillas y sin exceso de agua.
En el caso de elementos más pequeños, como pomos, aldabas u objetos decorativos, será suficiente con humedecer un trapo de algodón con unas gotitas de detergente y frotarlos.
3. Lijar
Si hay presencia de herrumbre, procede a su lijado para eliminar toda la materia deteriorada. Lo mismo ocurre con la pintura que ha saltado. Para ello, deberás contar con la ayuda de un cepillo de cerdas metálicas o una lana metálica.
El objetivo es dejar la superficie regular y limpia, preparada para recibir los posteriores tratamientos.
4. Proteger
En ocasiones, si los elementos son de hierro se puede aplicar una capa de minio que prevendrá del óxido. También hay barnices antioxidantes para distintos metales que cumplen esta función. Ya sabes que la prevención es el mejor de los tratamientos.
5. Pintar
El proceso de pintado es opcional. En cualquier caso, cumple un doble cometido: protector y ornamental.
La pintura supone una capa extra de protección del metal, puesto que, en caso de deterioro, lo sufrirá antes la pintura que el propio objeto. Además, te permite jugar con distintos acabados, dando una mejor apariencia a tus metales.
Como has visto, el mantenimiento de la herrería casera no tiene mayor complicación si sigues estos pasos periódicamente. Los elementos metálicos con los que convives te lo agradecerán, y tu hogar ganará un aspecto impecable. ¡Manos a la obra!